viernes, julio 04, 2008

Decadencia y lo Real Maravilloso

Todavía sigo frecuentando amistades que hice en la adolescencia. Platico y me drogo con ellos, sin embargo la cosa no es igual. Pese a la insistencia evito los temas políticos, la verdad lo hago más por hartazgo y desdén que por falta de información o desconocimiento. Simple y sencillamente la cosa nunca cambia, la pobreza nunca caduca; ni la opresión por parte del estado, ni la heroica resistencia de la gente pobre. Podrían pasar mil años y seguiremos discutiendo el origen del capital, el origen de la riqueza de las naciones o del fastidioso neoliberalismo.

Lo que sigue resultado bastante curioso es que mis antiguos “compañeros de lucha” siguen insistiendo en que otro mundo es posible. Siguen adoctrinándose con basura marxista, escuchando devotamente a Manu Chao o dañándose los oídos con trova de porquería, vistiendo parches con leyendas anarquistas, tejiéndose rastas en el cabello y hablando de realismos mágicos o en su defecto de lo real maravilloso. De tal forma que su agrado literario se reduce a las ya insípidas novelas de García Márquez, de Juan Rulfo, Julio Cortazar o Carlos Fuentes. Siguen comiéndose las flores que nunca pudieron germinar en la punta de los fusiles represores.

¿Todavía es posible concebir un Macondo, una llanura de Pedro Páramo, una zona transparente de Fuentes o una Cuba de Carpentier; cuando desde Centro Habana se escuchan los acordes de una banda de punk, cuando ya no hace efecto una “Crónica de lo maravilloso en lo real”; cuando en las llanuras de Pedro Páramo hay cinco personas calcinadas o decapitadas por la narco-violencia; cuando en la zona más transparente, mueren doce personas a causa de un nefasto operativo policiaco; o cuando en la selva colombiana explotan bombas de racimo yanquis? ¿Todavía es posible pensarlo?

Literariamente, Carpentier impulsó el concepto de lo real maravilloso y lo utilizaba en gran medida para expresar la magia de la lucha revolucionaria latinoamericana, dónde no sólo lo maravilloso es lo admirable por ser bello. Lo feo, lo deforme, lo terrible, también puede ser maravilloso. Todo lo insólito es maravilloso. Literariamente podría pensar que la obra de Carpentier sirvió y funcionó en una época plagada de luchas y de utopías. Podría decir que cumplió su objetivo, pero el tiempo y los textos siguen corriendo de una forma acelerada e irreverente. Siento que ya no es posible soñar con revoluciones, ni con describir lo insólitamente maravilloso. Creo que ahora sólo nos queda digerir a regañadientes la crudeza de la realidad y apelar al prefijo de lo “real” para hacer menos cruel nuestra decadencia.

israel chávez reséndiz
0:58hrs

* Alejo Carpentier. Razón de ser. Ciudad de la Habana: Cuba. 1980. 94 p

1 eyaculaciones:

qUÉ PEDO CABRÓN? habalndo de Cuba y de sus viejas, me habías comentado o lo leí en tu blog que ibas a buscar en esa isla a un escritor, lo encontraste? camara espero verte pronto.