miércoles, abril 23, 2008

Desecho

¿Qué tan podrido debo estar como para seguir creyendo en el amor? Ya bastante desprecio siento por mi persona, aún así no evito emocionarme y tirar unos poemas de vez en cuando.

He concluido que necesito un poco de terapia con las letras, de expulsar la rabia que traigo dentro. En un instante los escribo y los leo, la mayoría termina hecho pedazos en el cesto de la basura, junto a los condones usados, creo que ese es su lugar.

Soy malo en todo, más en la poesía. He pensado seriamente en quemar todos mis libros y dedicarme de lleno a la carpintería. No dar la espalda a la tradición familiar. ¿A quién le sirve un “erudito de alcantarillado” escondido tras kilos y kilos de papel? ¿Para qué tanta literatura ácida y corrosiva? ¿Qué busco?

Tengo 25 años, estoy cansado, no me importa nada. No tengo sueños ni expectativas pues me he encargado que así sea. No quiero volverme a levantar. Me siento a gusto entre la porquería que me rodea, en mi país y con mi gente.

Tal vez no todo este perdido, por las mañanas pasa algo curioso. Después de masturbarme con una buena dosis alt-porn soviético, pienso en tu nombre. Imagino lo feliz que se siente estar acompañado después de una borrachera interminable, cierro los ojos y toco tu rostro, tus senos, tu cabello, tu sonrisa. Siento cosquillas en los dedos, me duele la cabeza, pero puede que busque un bolígrafo entre tu ropa y comience a escribir.

you want?

Israel Chávez Reséndiz
23:17hrs

* are you my fucking poetry?

4 eyaculaciones:

No sé si por fortuna o desgracia, pase exactamente por lo mismo, por la simpleza de la vida, por sus estragos o por el hartazgo de no saber a dónde van las cosas. Por el momento tal vez quiera revolcarme de nuevo en eso, auqnue por por otro lado, tal vez sea un farsante y deseé lo mejor de la vida, sin importarme un pito todo el mundo.

Hay cosas, dicen muchos, que valen la pena; casarse, tener hijos, comer salmón, que te la mame una rubia natural, cosas simples que da la simple vida. Pero nunca se basta con eso, nunca es necesario tanto para sentirse desgraciado. Yo no tengo nada de eso y tampoco siento que nadie me lo deba. De esas cosas que dicen poco he tenido, no me gustan las rubias, bueno algunas huelen chido, un día comí salmón y me dieron ganas de vomitar, hijos? Ja, me pasa muy a menudo que esa madre no se para. A veces sueño, a veces me acuerdo de lo que sueño y otras veces ni siquiera duermo. Lo que no sé es si estoy harto o no, creo, al final que eso es lo que menos importa… siempre se tiene la opción de pegarse un tiro. Un día un valedor me dio un cuento acerca de alguien que estaba harto, al final ese alguien estaba tan harto que formuló un plan para chingarse y chingar al mundo, el cuento no tiene final, no sé si lo logró o no. Fue duro despertar hoy y rodearme de lo mismo, lo mismo, lo mismo y lo mismo todos los putos días. Por la tarde caminé por un lugar desolado y… sentí mucho miedo. La vida, creo, siempre vale la pena como pretexto estando a la espera de la muerte. Mi zapato huele a mierda, no tengo sueño, en la cocina reposan dos latas de cerveza, la tarde lluviosa retumba en mi rodilla y sus dos cirugías, la iglesia de enfrente seguramente está llena de gente, allá lejos desde mi ventana puedo ver que nada ha dejado de pasar, entiendo que soy parte de todo esto. En la tele alguien está vendiendo algo chido.

El de arriba lo escribió tu carnal Ya regresé de Brasil…

Escríbeme puto, a ver cuando nos vemos. la gorda anda dolida del culo, el poeta se tiró al vicio, queremos ver a la Paloma (bueno no a toda ella) jaja no se empute carnal...

No mames nunca he hubiera imaginado que al huracán le fuera tan mal. Chale