“Dios siempre se equivoca, ésa es su única virtud.”

Guillermo Fadanelli. Dios siempre se equivoca. México: Joaquín Mortiz. 2004. 103 p.

Últimamente he estado engolosinado con el dichoso “realismo sucio”, libro tras libro, fracaso tras fracaso. Esta bien que me tachen de un pinche consumidor de porquería por comprarle a alfaguara sus premios, pero Abril rojo esta pasable, no chido, pasable, entretenido, más por la historia que cuenta, que por la manera en cómo esta escrito. Perdónen la digresión pequeñoburguesa; regresemos a mi depresión. Sé que el Fadanelli no es realista sucio, es más, creo que le cagan esas madres de corrientes literarias y por convicción no se afilia a ninguna. Así que Dios siempre se equivoca es un libro de aforismos y como el mismo dice: a diferencia de otros géneros literarios, esta parca manía de escribir sentencias provoca un respeto desmedido. Cada aforismo es tan áspero como una pinche lija, es decir, si te bañas con su literatura quedas, de menos, desollado. Ahí les dejo algunos, rockeense con ellos.

“Una de las pruebas mas contundentes de que dios existe es la humanidad. Tanta imbecilidad solo puede ser dispuesta por una mano divina.”

“Cuantas mujeres jóvenes poseen su cuerpo y su malicia para enfrentarse a la pobreza. Que muchas de ellas aguarden años hasta poseer un título, ganar un sueldo miserable y ser criadas profesionales no quiere decir que hayan elegido el mejor camino.”

“Las mujeres que trabajan mucho pierden su encanto. Carecen de la maldad que les provoca el ocio.”

“Cuando una persona me pregunta si por casualidad poseo alguna virtud respondo afirmativamente: desde niño le soy antipático a los estúpidos.”

“En cuanto veo a una mujer hermosa sé exactamente para lo que vine al mundo.”

“Algunos hombres se preocupan por el tamaño de su pene, desconocen que a la mayoría de las mujeres suele importarles menos la capacidad de penetración que el sentido de profanación.”