lunes, febrero 04, 2008

Günter Grass

Desperdicié todo el mes de enero leyendo a Günter Grass, pude haber tirado a la basura mi dinero de una mejor manera. Me hubiera hecho de una buena libreta para escribir cuando estoy completamente ebrio o comprado varias botellas de vino barato, no sé, incluso pude haber comprado sexo en las calles de insurgentes o de menos, una buena porción de marihuana, tal vez un par de líneas sin cortar, puras, completamente blancas. Cualquier cosa hubiera sido mejor que un novel de literatura.

Este tipo de literatura, si es que se le puede llamar de esa forma a un montón de palabras de viejo para viejos, es un desperdicio de tiempo. Siempre he pensado que moriré joven, antes de los treinta y esto no tiene nada que ver con esa especie de fetichismo mortuorio inspirado con las sobredosis de morrison, janis joplin o el estupendo jimi hendrix. Para nada, simplemente pienso que no resistiré más porquería, llegaré a un límite y entonces vomitaré todo el odio-rencor que me compone, quedare desecho, sin más, seco. O tal vez muera como un héroe estampando mi motocicleta a 250km/h completamente ebrio, lleno de alegría. Ojalá sí. Pero Pelando la cebolla de Günter Grass es un asco.

Hay cosas que simplemente no entiendo, por qué los escritores que ya tienen años de darle al oficio, se esfuerzan por capturar la esencia de la juventud a través de sus textos. Sé de sobremanera que muchos jóvenes somos completamente ignorantes e inhábiles para escribir una obra maestra, pero es sumamente estúpido que personas con un rango de edad incipiente se esfuercen inútilmente por saber de tangos, de música de cámara, de la calidad y textura de los puros y rones cubanos, de llevar su grado de contemplación de las bellas artes a un nivel excesivo o se claven en la fantochería gourmet. Pienso que la juventud es para echarla a perder las veces que sea necesario, una, otra y otra vez. Duro y hasta el fondo. Ya después el tiempo o la muerte se encargaran de corregir los errores. No creo en los equilibrios, sin embargo estoy convencido de excedernos en todo, vomitar millones de palabras para que nos quede lo mejor de sí, ya desvanecidos, entonces dispararle a la literatura, matarla.

Mientras tanto dejemos a los viejos ser miserables, mendigar los minutos que quieran para aguardar su muerte. Que escriban de ellos y para ellos. Yo quiero echarme a perder.

israel chávez reséndiz
1:11am

“Pertenecí a la SS (Schutz-Staffel) hitleriana. Pasó tiempo hasta que comprendí a empujones y admití vacilante que, sin saber o, mejor, sin querer saber, había participado en un crimen que con los años no disminuye, que no quiere prescribir y que todavía padezco.

Como el hambre, puede decirse la culpa y de la vergüenza que la sigue, que es algo que corroe, corroe incesantemente; sin embargo, sólo he paso hambre a veces, en cambio la vergüenza…”

* Günter Grass. Pelando la cebolla. México: Alfaguara. 2007. 445 p.

3 eyaculaciones:

Este blog me llama la atenciòn, tanto que hasta me digno eyacular acà... ''el sobaco de mi hermana'' jaja

Respecto al libro, tendria que leerlo para concordar o no contigo

saludos

Mi mamá diría: ya llegarás a viejo...
Mientras yo digo: ya llegaré; mientras... a llegarle.

Interesante...

Y en vez de morir en un accidente a causa de velocidad en exceso o por unas cuantas líneas de "María la Pura"... no has pensado en morir como un celebridad joven: bello, fabuloso y en medio de un escándalo?

Think about it!