miércoles, diciembre 05, 2007

Sobredosis

Hace dos años me enteré de la existencia de Nitro-Press, por ese entonces perdí tiempo cursando materias en la universidad y leyendo pura basura insípida, mala, desechable. Aunque todavía lo hago, luciendo la gran ignorancia que me caracteriza.

Me parece que desde hace años, la gente “culta” que conozco sigue enganchada con las mismas mediocridades de siempre, Poniatowska, Sabines, Fuentes, Vargas Llosa, Márquez, Paz, al parecer, leer ese tipo de textos les dotaba de solemnidad, izquierdismo y buen porte. Más o menos como la gente que ahora presume conocer a los “crack”, de preciarse que la literatura mexicana sale del hoyo, pues los imbéciles del CUM (Jorge Volpi, Ignacio Padilla, etc) crearon una anti-corriente literaria, para sacudirse lo pueblerino del realismo mágico y posicionar unas cuantas letras mexicanas en europa. En fin, puras palabras gourmet, que acompañadas con vino caro, no me dicen nada, no provocan ni odio, ni rencor, pura indiferencia. Literatura que no tiene que ver nada conmigo, ni con la realidad que me rodea.

Por diferentes razones busqué literatura que hablara sobre la pestilencia del metro, las frustraciones sexuales, la holgazanería, el desdén, la humillación, el racismo, perversiones, violencia, vejaciones. Tal vez porque nací en medio de todas estas cosas y leyendo sentía una enorme familiaridad. No considero que Nitro sea una irreverencia cultural, o sea un proyecto “under” como mucha gente lo pregona, a mi me parece que son letras bien subterráneas, no “underground”, subterráneas. Cuando por fin los conseguí, lo hice en el metro, de las manos de su editor. Chévere el asunto. Me pasó cuatro libros. Llevo dos leídos y ahora puedo decir que la prosa de Mauricio tiene mucho de Raymond Carver, son relatos que se enfocan más en la descripción de una atmósfera, las situaciones son cotidianas y sus personajes también, creo que en eso radica una especie de minimalismo, inspirado cien por ciento en el realismo sucio. No lo sé de cierto, pero es lo que me parece. Sobredosis tiene sus altibajos, el mejor: Serpiente blanca; el peor: Jaurena 2022.

israel chávez
1:07am

“Sin embargo, algo no terminaba de cuadrarme en la historia. No me costó trabajo sentir el temblor contenido y la sangre helada de los reptiles cada vez que salía de su casa para encarar el azar, el corazón dando tumbos antes de elegir y un tumbo hacia el auto y los instantes en que la ganzúa debía liberar los seguros de la alarma y de las puertas, como si estuviera descalzo sobre el filo de una Gillete y el mínimo movimiento en falso pudiera traerle el peor destino. Romper el límite no era el límite, sino rebasarlo, un impulso ciego por desbordarlo por completo. La sobredosis. Sin importar el precio. Porque a diferencia de los demás seres vivos, cuyos límites de comportamiento balancean su equilibrio y su supervivencia, la naturaleza humana los niega, los traspasa. No se trata de una virtud o un defecto, simplemente allí es donde el hombre encontró su equilibrio como especie: su naturaleza es desconocer su naturaleza.
Así que imaginé el escape con el sabor de la adrenalina en los puños y la boca, dejando atrás la ciudad escogida y su inepta policía para inyectarse en las arterias de asfalto, alejándose a todo motor en un Audi 2002”

* Mauricio Bares. Sobredosis. México: Nitro-Press. 2002. 101 p.

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