jueves, noviembre 15, 2007

Ángeles del abismo

Últimamente mis lecturas han caído en lo decrépito, y no lo digo en el mal sentido, sino al contrario. Me gusta el realismo sucio, el género negro, lo ácido y correoso. Pero como que te saturas de tantas cosas parecidas y luego ya no disfrutas el texto como antes. Las letras se van como estornudo, sin que las puedas aprehender. Así que viré un poco, y saqué del librero a Enrique Serna, ya serán como tres años que no lo frecuentaba.

Al principio su obra me gusto, porque no esta cargada, se rifa con el humor y la narrativa fluye bastante bien. Natural. Sin esfuerzo. El primer libro con el que me entretuve fue El miedo a los animales, los críticos fantoches le llaman thriller, y pues la historia da cuenta del homicidio de un escritor, el protagonista que también es escritor convertido en policía, confirma que las mafias entre criminales son más leales y nobles que las mafias entre escritorcillos, artistas o intelectualoides. El segundo fue Amores de segunda mano, son relatos muy breves que no inspiran más que una carcajada. El tercero que compré fue El orgasmógrafo. Siendo sinceros ese cuento es el único que se sostiene entre los demás. Es una parodia del conservadurismo sexual muy bien armada. Sociedad que criminaliza el abstencionismo, por ley cada ciudadano debe tributar un orgasmo diario. No importa como le hagas o con quién o qué te metas, pero debes de pagar tus impuestos a tiempo. So pena de castración.

Después mi hermano compró El seductor de la patria, que debo decir, esta empolvándose todavía. Finalmente, el libro que comencé hace quince días es Ángeles del abismo, novela que puede caer en la categoría de histórica, pues se sitúa en la Nueva España del siglo XVII, relata los arrobos que tiene Crisanta, una falsa beata, y la manera en que tima al santo oficio, al virrey, a las ordenes mendicantes, en fin, a toda la sociedad novohispana.

Me pareció audaz que la obra no se ciña en un solo personaje, porque aún siendo Crisanta el principal, Serna construye con mucha fuerza a por lo menos otros cuatro: Tlacotzin, el indio que esta amancebado con la falsa beata, que discute consigo mismo su devoción por el cristianismo o el poder de Coatlicue; Fray Juan de Cárcamo, dominico que se enriquece a mansalva, trepa por la burocracia eclesiástica hasta ocupar el lugar del primer oficiador de la santa inquisición, además reniega de su homosexualidad, aduciendo que por cometer gula tiene que hacerse lavativas con el bitoque para vencer su estreñimiento; el poeta y dramaturgo Luis de Sandoval Zapata que tiene una compañía de teatro y cae en la ruina por ordenes del santo oficio, ya que representaba autos sacramentales que estaban fuera del orden y promovían el contacto con satanás; Leonor, hija de la familia más poderosa de la Nueva España, mujer reprimida por propia mano, aduce que dios es la salvación de todas las cosas, no peca, ni de carne, ni con el pensamiento, recatada, venera a sus padres, llena de lindura y felicidad, hasta que urgida de placer penetra el convento dominico para saciar su sexo.

Más que una estampa novohispana, Ángeles del abismo, luce una narrativa picaresca, cumple con el lector pues no hay página que por lo menos no arranque una leve sonrisa. En conclusión, buenas lecturas para recomendárselas a Yair, mi hermano de 15 años.

Israel Chávez
0:15hrs

“Solo puedo alegar en mi descargo, que a pesar de haber gozado de forma tan sucia, no por ello soy marica, ni utilizo el clíster como sustituto del miembro viril. En lo que se refiere al acto carnal, mi voto sigue incólume, pues jamás he tenido la tentación de holgar con hombre ni mujer. Apruebo con entusiasmo la ordenanza episcopal de quemar los sométicos en el atrio de San Juan, y en modo alguno me siento acreedor a esa pena, porque no pervierto a nadie con mi pecado. Deseo tener dentro un tubo caliente, no a los médicos o a los criados que me lo encajan, y si las reglas del convento lo permitieran, prescindiría por completo de ellos. Los vicios solitarios hieden a azufre, lo tengo muy bien sabido y sin embargo, los prefiero a las bajas pasiones de la sodomía o el adulterio, que arrastran a otras almas consigo en su caída al infierno. Lo que me atormenta es la flaqueza de mi voluntad, pues a pesar de haberme impuesto las penitencias más arduas, toda la semana he soñado con gruesos bitoques, y ayer por la noche, desesperado, tuve que meterme un dedo en el culo para calmar mis ansias febriles.”

* Enrique Serna. Ángeles del abismo. México: Joaquín Mortiz. 2004. 538 p

1 eyaculaciones:

ey chango pseudorevolucionario que usa al "rey del rock" como propaganda para tu fiesta de $15 de cacicazgo; ¿sabìas que Elvis era un wey super racista?