sábado, octubre 06, 2007

Memorias de un congreso

Estos últimos días asistí a un congreso sobre cosas de ciencia, todos ahí, pobres diablos con sus maestrías y doctorados, autómatas, alardeando de sus nombramientos académicos, justificando su puñetez. Vaya manera de desperdiciar toda una vida entre cátedras, libros y bibliotecas. Todos con sus risitas, palmeándote la espalda, deseándote suerte. Tal vez asuman que son un ejemplo a seguir, ja! idiotas.

No hace falta examinar con detenimiento nada de ellos. A distancia, su imagen irradia sumisión, obediencia, domesticamiento sexual, alcohólico e intelectual. Quién querría visitar Europa y encerrarse dos años en alguna universidad sin haber contraído de menos una enfermedad venérea o haber saturado de drogas las venas de su cuerpo. Qué objetivo persiguen, seguramente el de chamaquear “lolitas” con artículos de alto impacto o de encuerarlas con sus tortibonos del SNI nivel 3. Qué logran: nada. (O puede que se masturben a escondidas en los baños de la universidad)

Así que mientas exponían ridículamente sus ponencias, pensé: para qué un doctorado, ¿para pavonearte entre cien imbéciles más? ¿para vestir saco sin corbata, mezclilla? ¿ser casual? ¿juvenil? ¿pendejo?

Yo no quiero un doctorado, yo lo que quiero es una derrota a cuestas, y por el momento seguir frotando el húmedo clítoris de esta negra caribeña, yeah!

* fuck, fuck, fuck

Israel Chávez Reséndiz
13:05hrs

1 eyaculaciones:

Estaba un día el chimpa escribiendo, utilizando sus falanges oponibles, Lo único que este peculiar autoinmolador y tripón sujeto escribía eran puras "mamadas", Desde el punto de vista que cualquier hijo de vecino, una "mamada" es algo que no merece ser dicho, leído o difundido por el único hecho de que es eso, una "mamada". Pero nuestro amigo el chimpa, de repente sintió que ya no le salían más de estas aberraciones pendejísimas, entonces se levantó sin llegar a una posición erguida completa de su silla con la forma de su culo, se metió el dedo a su trasero, lo olió con un desagrado mínimo, se lo chupó, se sentó y pudo continuar escribiendo "as(s) usual". Ahora con más enjundia que cuando se olió du marrano dedo, deseó compartir una deliciosa bebida a base de lúpulo con los patéticos weyes que les había tomado cariño en ese mugroso museo (continuará cuando chimpa me inscpire a escribir cosas).