lunes, septiembre 10, 2007

Trastorno

Padezco un trastorno emocional muy fuerte. Prueba que no solo los putos poetas sufren para escribir. Afectas tanto mi psique que me torturo hasta en los sueños con tu mirada. Juro escuchar tu voz, me lastima, somete, droga y mata, síntomas que argumentan mi debilidad, mi niñez, mi podredumbre, mi depresión: mis letras. Ayer soñé de nuevo con tu imagen y aunque de un tiempo para acá soy dueño y señor de todos los actos mientras duermo, te deslizas por ahí con tu coraza de hierro, de acero templado, inmune, fría, fuerte, sorda, ciega, me desprecias. Aún así, dentro del sueño te sabes de hierro y erizas mis vellos, mientras me observas soberbia, aprieto la mandíbula a las tres de la mañana. No hay de otra. Sigo intoxicado de ti.

Escribo porque no me queda de otra, es mi terapia. Mi trinchera. Mi metralla. Pero ya eres inmune, ¿acaso importa desollarme en el display para comunicarme de nuevo contigo? No lo creo. Escribo como autómata porque alimento mi vileza, porque a pesar de tus impactos sigo levantándome. Cerrando los puños, peleando, buscando el nocaut. Escribo porque no me gustan los diamantes, porque creo que cada palabra me acerca a un trozo de carbón incandescente; porque cada litro de alcohol resulta un poema y un pinchazo de heroína una declaración: te amo. ¿Lo olvidaste?

Israel Chávez Reséndiz
12:49am

* tracking for down

1 eyaculaciones:

Andale cabrón, q tal ese de Heredia, Cleorio lo iba a llevar pero se quebró, espero encontrarte por Cu pa darte una patada en el culo y platicar sobre las tesis, cuidate cabron, no vermox