lunes, agosto 06, 2007

No será la tierra

Jorge Volpi. No será la Tierra. México: Alfaguara. 2006. 516 p.

Aún no me avergüenzo lo suficiente para evitar confesar que la novela que inauguro mi consumo literario fue El fin de la locura de Volpi. Todavía recuerdo que la mayor parte de mis lecturas las encontraba sin mayor problema en la biblioteca del cch o en la central. Sí, pues como neandertal confeso, pululaba en las librerías de viejo en busca de no sé qué. De Marx creo. Estúpidamente mis lecturas se limitaban al adoctrinamiento político y en repetir mecánicamente las acciones de todos los movimientos guerrilleros latinoamericanos. Mi evolución doctrinaría me dio para empezar con el Diario del Che en Bolivia; un chingo de libros cubanos sobre su revolución y sus héroes dictatoriales; después leí algo sobre chile, sobre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y su valiente pero insustancial atentado contra el hijo de puta pinochet; también sobre el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, me rifé también algunos textos dogmáticos de Mariátegui y seguí fielmente las atrocidades de Sendero Luminoso; el FLNFM del Salvador; en Nicaragua Sandino y el FSLN; así las cosas, si ahora vomito alcohol, antes vomitaba marxismo. Y después llegó el marketing zapatista, no dude por supuesto en venerar al pendejo del marcos y pregonar un indigenismo que no entendía. Pasaron varias manifestaciones, encuentros con la policía hasta que llegué a mi redención leyendo a los Flores Magón, a Bakunin, a Kropotkin, a Sacco y Vanzzeti, a Proudhon, a Rodhakanaty, a Stirner, el Anarquismo pues. Puro puto idealismo, ahora soy alcohólico con afanes literarios y me enorgullezco de ello. Es lo único que tengo.
Y regresando a lo de Volpi diré que su obra se concentra en una trilogía que comenzó con En busca de Klingsor, le secundó El fin de la locura y ahora No será la tierra. Ya en otros post comentaré las demás. En No será la tierra lo primero que me saltó fue su cambio editorial, de Seix Barral a Alfaguara. También, que sigue empecinado en producir textos bastantes soberbios y totalizadores. Pues su obra denota mucha investigación, pero no define un estilo, y si es que el crack (su corriente literaria) pregona que esa es su marca, lo hace. Como dice Rafael Lemus, esta novela pudo haberse escrito en Ruso, en Húngaro, en Ingles o con un trasfondo Afgano o Belga. Es producto de una globalización de porquería, pues trivializa “la derrota del comunismo con el desmoronamiento de la URSS” al grado que cualquier adolescente al leer su obra podría ahorrarse varios cursos de historia. (Pésimos, por supuesto) No será la tierra es la versión novelada de la enciclopedia encarta. Posee mil personajes, varias historias que no se hilan, están desperdigadas y el único pretexto de presentarlas como un libro es que su texto se encuentra en medio de dos pastas garabateadas con los sellos de Alfaguara y la estatua de Lenin (a la imagen de Hussein) asediada por el gran capital.

No dudo que su literatura sea incomprensible y no lo digo como crítica, sino para desnudar la estupidez de los demás. Ah, un saludo para los biólogos. A ver pa’ cuando aprenden a leer.

Israel Chávez Reséndiz
00:36 hrs

2 eyaculaciones:

Hola cabrón, haber si te das una vuelta por mi blog, camarASS, nos vcermox cuidate.

órale, isabel (chávez) reséndiz... no conozco mucha gente con ese apellido...
y hablas del libro que acabo de sacar de la biblioteca, caray, después de que en busca de klingsor me cautivara...
salut