domingo, marzo 04, 2007

Tonantzintla express

En este momento son las 10:38AM, la neta, no sé cuanto vaya a tardar escribiendo esta simi-crónica de nuestra incursión en la astronomía observacional. Sucede que después de muchísimo tiempo de hablar de telescopios, de estrellas, de materia oscura, de hoyos negros, de hidrógeno y de nebulosas, pues pasamos de la teoría a la “praxis” (ja). El viernes 23feb aprovechamos los recursos de UNIVERSUM y nos trepamos a una camioneta verde con el logo de la UNAM, si, de esas que transportan a los directores de Institutos y Facultades. Es una RAM, automática y lo recuerdo bien porque todo el maldito trayecto se la paso jaloneándose, la maldita transmisión no aguantaba el abominable peso de los 10 engendros universianos.

Durante el camino, mamonamente me dediqué a leer En el camino de Jack Kerouac, (lo hice para distraerme de una daga que me quiebra la columna y no me deja en paz); a mi lado estaba Erika ensañándole a Iris los derechos y reveses de una bufanda que estaba en proceso de construcción; Arturo iba leyendo la prdista Jornada y nos preguntaba si los gringos, hijos de puta, le entrarían a los chingadazos con Iran, a lo que respondí que no, que los pinches turcos y los israelíes son unos empinados de primera, lo cual incrementa la amenaza y poderío militar de los gringos, y aunque Iran le entre a los bombazos, se lo acabarían en un dos por tres.

Así, después de discernir sobre nuestros nulos conocimientos en política internacional, fuimos hablando de motos, de carros, de mujeres, de hábitos sexuales y demás oferta culinaria.

Finalmente llegamos y nos topamos con que la UNAM tiene un gigantesco terreno en la calle de Luis Enrique Herro # 1, Tonantzintla, Puebla, están distribuidos unos telescopios de diferentes diámetros, con cúpula móvil y toda la cosa; hay una biblioteca y dormitorios para estudiantes. (mmhhh!)

Reconocimos el lugar, dejamos nuestras chivas por ahí, y desesperadamente fuimos en busca de un poco de cebada fría, fría. Regresamos y deglutimos una charla sobre telescopios, que cómo funcionan, que cuales han existido, que si el ocular, que si los radiotelescopiois, que si Tycho Brahe, que si las constelaciones y la eliptica, que si “bla, bla, bla”. Por esa hora, ya tenía un hambre de la chingada, pues un día antes, fui al snake ha echarnos unos pulques y llegué a mi casa a rastras, en la mañana del viernes tuve que autoinmolarme estando en sala 5 horas seguidas y luego luego salir, con un sol que le valía madres que estuviera re-crudo y agonizante, aún así, el puto brillaba y brillaba.

Como a las siete PM visitamos el telescopio “carta de cielo” y enfocamos la luna, por primera vez le vi los cráteres, neta, es algo indescriptible. Uno ya sabe hasta el hartazgo que la luna tiene cráteres y que saturno anillos, ps desde morro los ves en las monografías, pero verlos ahí “flotando” en el espacio, sin que nada los sostenga, recibiendo el brillo que reflejan es, es… es como si llegara la ciencia y te sapeara: órale pendejo, ya ves que si es cierto todo lo que te digo!

Pinches telescopios se la rifan, nos entretuvieron como 3horas, hasta el hambre se me estaba olvidando. Llegaron las pizzas y fue algo sumamente cagado pero noble que los repartidores con gorra en mano, fueron invitados por los técnicos a observar saturno y venus. A la orden de ¡atasqueseacabe! Nos empinamos un chingo de rebanadas y refrescos engordadoramente sabrosos.

Por la madrugada, Arturo y yo salimos a observar el puto brillo que nos escupen las estrellas, comenzamos con nuestro ritual mágico-religioso y ps a fumar. Uts, lástima, los demás se quedaron abajo mientras que ese wey y yo visitábamos el sol y llegamos hasta los cuásares. A huevo. Los hubieran visto.

Cuando aterrizamos, pasé un rato agradable con mis ñoñísimos compañeros de sala, riendo, escuchando rock, bueno, no rock rock, sino un rock para niñas, pues eran más chavas que machines. Se durmieron y como andaba tristón me puse a escribir en la lap.

Al día siguiente constaté lo que me dicen mis profesores de arte colonial en la escuela, que Puebla se llama así desde su fundación porque el mandato de los españoles fue “poblar” inmediatamente esa zona, ya que era punto estratégico entre Veracruz y México. Por eso es “Puebla de los Ángeles”, yo diría que es la ciudad colonial más barroca, contrarreformista hasta la médula, por esta razón el mito dice que Puebla tiene iglesias como días del año, pero según los doctores de filos son como 371. Eh!

Visitamos la iglesia de Santa María de Tonantzintla (con un barroco cargadísimo tanto en su fachada como en sus interiores) y después fuimos a la icónica pirámide de cholula. Digo icónica, porque si uno quiere dimensionar los alcances que tuvo la conquista, (que en mi opinión fue una conquista religiosa, más que militar), cholula es uno de los lugares donde vemos como nuestra herencia prehispánica literalmente fue aplastada por la corona española. Es un error decir “la pirámide” pues en cholula no solo se localizan los templos (pirámides) ceremoniales de los antiguos olmecas-xicalancas, sino que es en toda la extensión de la palabra un centro urbano, con fuerte presencia nahua-mexica e incluso tolteca, un centro de intercambio comercial, un centro político-religioso y un lugar donde se irradiaba cultura. Es increíble como toda esa arquitectura monumental fue relevada por la insignificante, ridícula y soez capilla (que ni siquiera catedral, como acá en el df, con el templo mayor) de San Andrés Cholula.

De lo mas rescatable de esta incursión fue el instante que me situé en medio de la plaza, justo enfrente de la pirámide, observando, sintiendo, percibiendo la majestuosidad y esplendidez de mis raíces culturales, más de las prehispánicas, que de las criollas españolizadas.

Compré una nieve de medio litro, traía beso de ángel (mua), mamey y nuez. Delicia de nieve. Antes de internarnos en el mercado de cholula, tuve que sobrellevar la loca y desquiciante manía de Lucía, Sandra, Alicia, Erika e Iris por chacharear en los puestos de Artesanías. Otro tanto y me daba un tiro, pues hasta para tragar en el mercado tuvimos que caminar en círculos discutiendo las indecisiones de todos para ver si comíamos carnitas, cecina o cemas. Tortas pues. Ganó lo último, pedí instintivamente 2 victorias, y luego otras 2, pero estas eran tecates. Comí, me embriagué, fumé, reí, insulté, escupí y eructé.

De regreso hicimos la sobremesa en la RAM, sacamos los dos “six” de coronas para liberar un poco el ánimo, vimos una pelea de microbuseros con cuchillo, palos, descamisados y toda la cosa. Nos perdimos por desviarnos mal de zaragoza a churubusco. Llegamos alcoholizados al museo y le sembré el diablo a Mario chingándolo para que siguiéramos la fiesta en su cantón. No se hizo, lo que sí, fue que Arturo y yo degustamos cannabicamente el atardecer en nuestra entrañable serpiente de piedra. Vimos como el sol se escondió justo detrás del ajusco, la noche nos tendió la mano, me llené de recuerdos, emociones y negaciones. De repente se estrelló el cielo, justo ahí, comencé a llorar.

12:59PM. Fin del texto.

4 eyaculaciones:

que chido puro wey jodido y muerto de hambre, aprovechen porque no siempre la gente caritativa les va a dar de tragar.

otra vez aparece la naca que vive en la Roma, que poca madre, esa de plano no tiene vida por esta como esta.

Tengo entendido que en Cholula y alrededores NO eran olmeca-xicalancas. Para ver el legado que nos dejaron los Olmeca-Xicalanca visita Cacaxta, uy cerca de Tlaxcala.

La h

Chin! deletreé mal Cacaxtla y añade un m al principio de !uy! pos
si no no van a entender ¿verdad o mentira?

La h