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miércoles, abril 29, 2009

H1N1

Es chocante percibir el miedo de la gente que me rodea. A decir verdad, el estado de psicosis que ha desatado el virus H1N1, demuestra sin tapujos, quienes somos, qué tipo de cosas hay en nuestra mente.

Sé lo que significa una contingencia sanitaria; pero desconozco los protocolos que se han diseñado para contener la epidemia. También estoy consciente del tremendo alcance que tienen los medios electrónicos de comunicación; pero hay demasiadas voces que contaminan el ambiente. Todo un folclore de ideas. Por un lado tenemos el fanatismo religioso, ha realizado peregrinaciones en el pleno centro de la ciudad; hay grupos de personas que se reúnen en casas particulares para oficiar misa, rezar e intercambiar ideas sobre el fin del mundo. También está presente la especulación periodística, algunos columnistas hablan de “dictaduras sanitarias”; otros más, claman el toque de queda y la entrega absoluta del control sanitario al ejército. Muy pocas voces se han opuesto al Estado de excepción y las consecuencias que pueda traer una vez superada la infección porcina.
















Hay personas que pese al riesgo, satirizan y se burlan del contagio. Por mi parte los felicito y aplaudo esa trasgresión del miedo. Me parece que nos hace falta un Groucho Marx para sobrellevar esto. Hace falta tensar los puños y generar ideas para no caer en pánico. Hace falta un poco de cerebro para no saturar los “inbox” con cadenas repletas de mierda y de ignorancia. Ya bastante tenemos con las pandemias económicas y sanitarias.

El narcotráfico, por supuesto, no para; cada día se confirman más ejecuciones, secuestros y balaceras en todo el país. El tipo de cambio de nuestra moneda, cada día se devalúa más. Increíblemente, las corporaciones financieras se han recuperado. Ya decían los caricaturistas que el verdadero peligro está en los cerdos de wall street.

Sea una cosa o la otra, no me preocupo. Mañana y siempre, tendremos más de lo mismo. Sólo me queda disfrutar del espectáculo.

Israel Chávez Reséndiz.
10:22pm

pd. A propósito de la contingencia:

¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?
G. M.