Odio cualquier síntoma de autoridad, lo digo sin remilgos y sacudiéndome la jerga anarquista. No necesito defender mis argumentos con filosofía política; odio el enajenamiento y la anti-autenticidad. El fanatismo. No me cubro con la monserga de la verdad y las buenas cosas. Uno debe mentir para irse sobrellevando. Escupir cuando es necesario, pasar por encima de los demás. Hacerlo uno mismo y por convicción, sin pantallas. Auténtico.
Leí a Salinger, me gustó, no por su prosa, sino por su autenticidad. Por la franqueza del personaje. Pese a los cincuenta años de publicado, el libro todavía se sostiene. Libró la tentación de exagerar con la desfachatez de los anti-heroes alcohólicos o con la podredumbre de los yonquies. Es Holden desde sus ensimismamientos. Un gran soliloquio.
Israel Chávez Reséndiz
23:59hrs
“En muchos colegios estaban ya de vacaciones y había como un millón de chicas sentadas y de pie esperando que aparecieran sus parejas. Chicas con las piernas cruzadas, chicas con las piernas sin cruzar, chicas con piernas fantásticas, chicas con piernas asquerosas, chicas que parecían chicas estupendas y chicas que debía ser brujas si llegabas a conocerlas. Era un panorama muy bonito, si entienden lo que quiero decir. En cierto modo, era también bastante deprimente porque uno no podría dejar de preguntarse qué sería de todas ellas. Quiero decir cuando salieran del colegio y de la universidad. Te imaginabas que la mayoría se casarían con unos imbéciles. Con tíos de esos que siempre están hablando de cuantos kilómetros puede sacarle a un litro de gasolina a sus malditos coches. Tíos que se enfadan como niños cuando les ganas al golf o hasta un juego tan estúpido como el ping-pong. Tíos idiotas de verdad. Tíos que nunca leen libros. Tíos aburridísimos. Tíos que no saben hacer otra puta cosa más que anotarse otro día más en sus vidas.”
* J. D. Salinger. El guardián entre el centeno. Madrid: Alianza. 2006. 263 p.
1 eyaculaciones:
Andale, no sabía que habías rolado por ese tipo de escuelas, u´timamente he conocido mucha banda que fue a esas escuelas. Ni modo,deberias de agradecerle a las putas monjas; Te han hecho el hombre q eres ahora; o no lo crees?
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