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miércoles, junio 20, 2007

¡Agrh!

¡Agrh!, todavía no puedo justificar mi alcoholismo por las letras, todavía no. Mi alcoholismo es por depresión. Por este maldito país de porquería. Por eso, y porque me encanta autodestruirme. (Vaya forma de quererme) Caer en el fango es bueno, revolcarte de dolor, mejor. Entre más oscuro e hiriente, entre más salvaje y onírico, te sabes de lo que estas hecho. Proudhon, el viejo anarko francés decía que “el hombre se equivoca porque aprende”, pero ya abuse. Sigo perdiendo, aún conmigo mismo. Apenas el viernes me lancé a una fiesta. Bebí, comí y platiqué, mujeres, muchas mujeres. Ah, podré embrutecerme infinitamente con mis valedores pero la compañía de una sola mujer es…para degustarse. Bailé, me retorcí y madreé a quién pude en el surf-slam -vodka, tequila, vino- moví los pies al más puro estilo caribeño-cubano -fiesta, calor, cumbia- y seguía seguía. Mujeres, plática, baile, cerveza, cerveza, marihuana. Oriné, pateé, lloré y me lamente de nuevo. Nací para perder. Mujeres, mujeres, mujeres.

La fiesta como electrocardiograma subía y bajaba de intensidad, pregunté si en esta habría golpes, a quién le teníamos que pegar, no hubo tal, se apesto. Al cabo de un rato, el alcohol, el vino, las letras y las mujeres me cobraron la factura. Así que comencé a dormir en una silla de plástico. Llegó Javier y balbuceó unas palabras, hizo bien, pues me desperté y fui a orinar de nuevo. (¡Maldita cerveza diurética!) Aquí colapsé, me perdí, no hay recuerdo, memoria de borracho, no sé que pasó pero desperté al día siguiente bien subterráneo, enterrado justo debajo de un camión. No había nadie, ni uno solo. Todos se habían largado antes que yo. Me levanté, caminé y una señora me dijo que no me moviera, que el perro estaba suelto y que qué milagro que no me mordió. Obedecí, me disculpe por mi estado etílico y me fui. Llegué a casa, fui al trabajo (a revisar unas obras de carpintería) y de repente ¿la cámara? Argh ¡la cámara! Por supuesto que no la tenía. Hice un esfuerzo mental sobrehumano, caminé de reversa para delatar todos mis movimientos borrachos y fui descartando una a una todas las idiotices que hice en la noche. Pues el último fashazo que tenía de mi cámara fue cuando estaba en el baño ¿? Terminé devolada la chamba y regresé con la señora, perdón, pero ayer vine a la fiesta y se me olvido recoger mi cámara en el baño, ¿puedo pasar? Ay mijo, pasa, mi esposo quiere platicar contigo (uts), ps que más, entré. El ruco me apuntó con su mirada inquisidora y comenzó con la metralla, que por qué me idiotizo con el alcohol, que por qué si soy universitario (chale), que por qué con mis irresponsabilidades, que qué pedo con mi futuro, que el alcohol es malo y las mujeres también [sic]. Chaaale. Aguante todo, pues desde que la señora me dijo que querían hablar conmigo, asumí que la cagotiza valdría la pena, que sí, me regresarían mi cámara. Así fue.

Baste decir que de los $ 2, 000 que costó, debo la mitad. Pero ¿y mi sweter? Toda la noche dormí enconchado, en posición fetal, retorciéndome de frío. ¿Dónde había quedado? si cuando llegué a la fiesta lo traía puesto. Ay, maldito alcohol. Lo único que sé, es que este miércoles llegó Itzel y me lo regresó. Me preguntó que qué onda conmigo y le respondí: no sé, no me importa.

Faulkner acabo con Faulkner, pero su alcohol le dio un Nobel de Literatura. Yo acabo conmigo mismo y no recibo nada a cambio. Puta madre, soy un maldito mediocre con suerte, ¿será?

Israel Chávez

PD. Las fotos de la fiesta etílica estan en el jai fai. http://www.autoinmolacion.hi5.com/

viernes, septiembre 29, 2006

Me caga ! !

Me caga. Es viernes. Estoy sentado frente al monitor husmeando algunos blogs y ps ¡ ¡ NO HAY FIESTA ! ! De nuevo se rompió la rachita que venía cultivando de hace como tres meses de por lo menos una peda cada semana. Se, que a ojos de muchos de ustedes, seré un pobre amateur, pues me consta que hay banda que no solo se empeda a diario sino que perennemente esta ida. Que chingón. No se que pedo con ustedes, pero estoy plenamente convencido que el camino de los excesos lleva a la sabiduría. A huevo. La semana aún no termina. Alcohol ven a miiiiiiiiiiiii!!!!!